CUENTO DE FIN DE SEMANA
Buenos días chicas! Espero que hayáis tenido una muy buena semana. Hoy quiero regalaros un cuento de esos de los que siempre extraemos algo. Este cuento, El sabio y la Barca, pertenece al libro Aplícate el cuento de Jaume Soler y Mercè Conangla.
Me gustan los libros de cuentos y fábulas mediante los cuales extraemos mensajes motivadores: son amenos, bonitos, de fácil lectura, me recuerdan a cuando era pequeña y siempre aprendo algo nuevo. Tengo varios libros de Jorge Bucay que son de este estilo y el que siempre os recomiendo, el de El caballero de la armadura oxidada, de Robert Fischer, también pertenece a este grupo. Otro que me encanta es La princesa que creía en los cuentos de hadas (mediante este cuento de hadas se trabajan esas creencias que muchas mujeres tienen arraigadas profundamente, y que se han ido forjando durante tiempo, y que sin darse cuenta han ido construyendo altas murallas de las que no saben o no quieren escapar. A mi me encantó cuando lo leí, de hecho de vez en cuando lo releo).
Mañana tendremos un post medio decorativo de una idea de negocio que me encanta, y es de unas chicas asturianas! Me encanta descubrir gente emprendedora, con ilusión, pasión y creatividad!
Y ahora sí vamos a por el cuento! Espero que os guste! Feliz día!!!
Cierta vez, un hombre decidió consultar a un sabio sobre sus problemas. Tras un largo viaje hasta el paraje donde aquel maestro vivía, el hombre, finalmente, pudo dar con él:
–Maestro, vengo a usted porque estoy desesperado. Todo me sale mal y no sé qué hacer para salir adelante.
El sabio le contestó:
–Puedo ayudarte con esto. ¿Sabes remar?
Un poco confundido, el hombre contestó que sí. Entonces el maestro le acompañó hasta un lago. Juntos subieron a un bote y el sabio le dijo al hombre que remase hasta el centro del lago.
–¿Va a explicarme ahora como mejorar mi vida?, dijo el hombre, advirtiendo que el anciano gozaba del viaje sin más preocupaciones.
Al llegar al centro exacto del lago, el maestro le dijo:
–Acerca tu cara al agua y dime qué ves.
El hombre se asomó por encima del pequeño bote y, tratando de no perder el equilibrio, acercó su rostro todo lo que pudo.
De repente, el anciano le empujó y cayó al agua. Al intentar salir, el anciano le sujetó impidiendo que subiera a la superficie. Desesperado, el joven manoteó, pataleó, gritó inútilmente bajo el agua. Cuando estaba casi ahogado, el sabio soltó y le permitió subir. Una vez en el bote, entre toses y ahogos, el hombre gritó.
–¿Está usted loco? ¿No se da cuenta, casi me ahoga?
Con el rostro tranquilo, el maestro le preguntó:
–Cuando estabas bajo el agua, ¿qué era lo que más deseabas?
–¡Respirar, por supuesto!
–Bien, pues cuando luches para salir adelante con la misma vehemencia con la que luchabas por respirar, entonces estarás preparado para triunfar.
Muy bonito Laura. Respirar siempre respirar que importante es.
Un beso.
Hola Laura!!,
Bonita lección de vida….
En la vida hay que luchar está claro
Vaya..menuda moraleja!
Razón tiene el sabio pero no siempre es fácil de aplicar.
Bonito cuento cariñín, qué recuerdos me trae a mi el del caballero de la armadura…adivinas quién me lo recomendó un besazo!!