Como sabéis, hace aproximadamente un mes fui unos días a Madrid a reunirme con varias personas y a disfrutar de esta maravillosa ciudad que tan bien siempre me trata.

Fueron unos días de no parar y sabía que iba a tener la agenda a rebosar pero ya me marqué en el calendario un par de horitas para ir a visitar a Felicidad Carrera. Tengo que decir que hacía mucho tiempo que tenía en mente visitar su centro y probar alguno de sus tratamientos, así que esa escapada a Madrid era la ocasión perfecta. Felicidad cuenta con casi 30 años de dedicación al mundo de la Belleza, su pasión, ilusión y profesionalidad han hecho que sea uno de los mejores centros de nuestro país. Tuve el placer de estar charlando con ella antes y después del tratamiento y tengo que decir que el centro refleja a la perfección lo que ella transmite: serenidad, saber hacer, cercanía, profesionalidad y devoción por el sector. Así que tanto si tenéis la suerte de vivir en Madrid como si os escapáis allí por placer o trabajo, os animo a que busquéis un hueco para ir.

 

Y ahora os cuento un poquito MI EXPERIENCIA. Llegué al centro hacia las siete de la tarde después de estar todo el día andando por Madrid de un lado a otro, así que estaba deseando llegar para relajarme un poco. Sólo cruzar la puerta ya te invade una sensación de serenidad absoluta, un salón en el que prima el color blanco, una iluminación agradable y suelos de madera.

Al llegar, y tras charlar con Felicidad, una de las esteticistas limpió cuidadosamente mi rostro para que Felicidad pudiera valorar el estado de mi piel y ver qué tratamiento era el realmente necesario. Quedé encantada cuando me dijo que tenía la piel muy cuidada y limpia, y que simplemente teníamos que tratar un poco la deshidratación. Así que recibí un tratamiento de hidratación con Oxígeno.

 

Este tratamiento es un clásico en su centro, aunque a pesar de ser un clásico está en continua renovación y va incorporando nuevos productos y tecnologías para lograr los mejores resultados.

Conseguimos una intensa y profunda hidratación y luminosidad, un efecto antioxidante y antiedad por la neutralización de los radicales libres y una activación de los procesos de regeneración cutánea. Este tratamiento actúa como un escudo protector para retrasar el envejecimiento. Es un protocolo completísimo que hace que, cuando finalice, te sientas la piel como nueva. Además de los fantásticos productos y los diferentes masajes que recibes durante el tratamiento, destacaría:

La aplicación sobre el rostro de una luz LED. Se selecciona el tipo de programa o de luz que más se ajuste a nuestras necesidades. La verdad es que esto me pareció realmente interesante: La luz roja estimula el colágeno, la amarilla desintoxica, la verde tonifica las paredes de los capilares, la azul es calmante, la violeta bactericida y la naranja iluminadora.

Y la APLICACIÓN DE OXÍGENO mediante un dispositivo que emite oxígeno puro a presión y que lo que hace es inundar los niveles más profundos de la epidermis y se dirige hacia las células cutáneas.

La administración de oxígeno sobre la piel aporta excelentes beneficios: hidrata, regula la secreción sebácea, aporta luminosidad… Un incremento de oxígeno en las células cutáneas retarda el proceso de envejecimiento y revierte los daños causados por el déficit del mismo.

El tratamiento duró una hora y media aproximadamente y como os digo las sensaciones fueron maravillosas. El resultado fue el de una piel luminosa, hidratada y jugosa. Es cierto, que me comentó que tenía que tratar mi problema de manchas porque era una pena que teniendo una tez tan blaquita no pudiese lucir como debiera. Así que esa es mi asignatura pendiente!

Si queréis más información acerca de los tratamientos de Felicidad Carrera podéis visitar su página web o llamar a cualquiera de sus dos centros (C/ Castelló 67 y Villa de Marín 30) y muy amablemente os explicarán todos los servicios con los que cuentan: nutrición, dermatología y cirugía plástica.

Bajo mi punto de vista, acudir a una profesional que nos diga qué es lo más adecuado para nuestra piel es de las mejores cosas e inversiones que podemos hacer para lucir una piel bonita y saludable. Muchas veces, nosotras no sabemos exactamente qué productos son los más adecuados para nuestro tipo de piel, compramos productos sin saber si esos principios activos, texturas o componentes son los idóneos. Cierto es que a lo mejor no podemos estar yendo cada mes a nuestro centro de belleza. Si este es el caso y podemos, yo os recomiendo ir un par de veces al año (por ejemplo, en primavera-verano y en otoño-invierno) para que la profesional nos haga una valoración de cómo se encuentra nuestra piel en ese momento y que nos indique (dentro de nuestro presupuesto) qué productos serían los adecuados.